Él no me llama, sólo mira.
Su cabeza se gira, desprende
veneno.
Me siento cohibida.
Él no lo entiende, se
enfrasca y lo evita.
Lo busco en mi agonía, se
cierra. Me intriga.
Él no siente nada, pero me
ayuda, me aporta, me inspira.
Luego lo niega. Se suma a mi
ira.
Él no me conoce, sólo ve lo
que emito.
No sabe que sufro, sólo que
exploto y no escucho.
Tampoco sabe que me vuelve
loca.
sólo que no lo controlo
cuando está cerca su boca.
Él en cierta manera si me
conoce,
Porque me dedica tiempo,
sólo hasta donde él lo ve
Él no sabe que sueño con su
piel.
Que nos vamos en su coche,
que me besa, que cuando me despierto;
Estamos en clase y él mira
otras chicas en el Facebook.
Él no ve de donde viene mi
locura.
Yo tampoco lo veo a él
normal pero es precioso: en una masa hay algo de cordura.
Él también está lleno de
barreras, no las pasa, las enciende,
Las enreda.
Intenso, lejano, cercano,
intransigente, su pelo me enciende y no siente.
Retorcido, seguro,
inoportuno, él se abre hasta que ve como un obstáculo mis muros.
Estúpido, bipolar,
elocuente, me vuelve loca mientras nada le parece coherente.
Sonriente, intrépido,
expectante… es genial pero no entiende mi mente.
Me desprecia, me evita, me
ayuda... luego no quiere nada y para mí se derrumba. Para él nunca hubo nada.
Cinta Nereida